En este artículo podrás encontrar la manera más sencilla de preparar este increíble alimento sin dejar a un lado uno solo de sus beneficios.

Antes de meternos a la cocina hay algunos puntos importantes que debes considerar para su exitosa preparación:
Se puede preparar la cantidad deseada siempre dejando1/3 de aire de nuestro recipiente, esto debido a que durante la fermentación se da lugar a una presión de gas que aumenta a medida que sube la temperatura llenando el recipiente si no se cierra herméticamente.
Los utensilios usados (recipiente y colador) no deben ser de aluminio pues al no ser un material estable en un medio ácido (como el kéfir) podría transferirle partículas nocivas.
En principio el kéfir debe estar siempre sumergido en leche entera. No obstante puede desarrollarse normalmente en leche semi- o descremada.
El kéfir puede mantenerse de tres maneras:
Refrigerado: lo ideal es conservarlo en leche fresca a 4°C (así se mantiene hasta 14 días).
Congelado: limpia, escurre, e introduce el kéfir en una bolsa de plástico o molde y al congelador. Para descongelarlo, se prepara kéfir de leche durante tres días desechando este primer. Evita utilizar agua de grifo al lavarlo pues el cloro que contiene puede matar a los microorganismos del kéfir.
Deshidratado: pon el kéfir sobre papel de cocina en un sitio aireado y muévelo cada cierto tiempo hasta que no esté pegajoso y tengan un aspecto cristalizado. El tiempo en deshidratarse depende de la ventilación, la temperatura y la humedad ambiental, una vez deshidratados se pueden conservar en lugar fresco y durar de 2 a 3 meses. Para hidratarlo se introduce el kéfir en leche durante 2 semanas, renovando la leche cada 2 días, después de este proceso puede prepararse kéfir de leche normalmente.
Una vez leídas estas recomendaciones sigue estos sencillos pasos y disfruta de los beneficios del yogur de búlgaros:
1. Vierte en un recipiente de vidrio o cristal la leche y los nódulos de kéfir cerrándolo con tapa hermética o un paño de tela con un cordón a temperatura ambiente de 12 a 36 hrs (normalmente 24hrs).

2.- Transcurrido el tiempo cuela el líquido con un filtro, enjuaga el frasco en agua y repite el proceso con más leche fresca.

3.- Es recomendable lavar los nódulos con agua cada 3 o 4 días.
4.- Para un kefír más líquido se añade más cantidad de leche (se recomienda que sea pasteurizada), y para uno espeso más cantidad de nódulos.
5.- Considera que en la velocidad de fermentación influyen la temperatura ambiente (torno a los 20°), la temperatura de la leche (no debe sobrepasar de los 35°) y la cantidad de nódulos.
6.- El líquido obtenido, denominado leche kefirada, es una bebida alcohólica de baja graduación (menos del 1%), carbonatada, de consistencia parecida al yogur, aunque con una textura más suave y sabor ligeramente más ácido.
7.- Para endulzar puedes añadir azúcar y canela evitando la miel debido a sus propiedades antimicrobianas y antisépticas las cuales podrían afectar negativamente al producto reduciendo la población microbiana.
Una vez que seguiste estos pasos tomando en cuenta las recomendaciones para su mejor preparación disfruta de este yogur hecho en casa como tu prefieras.

¡Buen provecho!