Durante la infancia, la pubertad y aún en la juventud temprana, los seres humanos formamos más materia ósea de la que degradamos, de tal manera que si en los primero 20 años de vida consumimos las cantidades adecuadas de calcio, fosfatos, fluor, magnesio y manganeso, entre otros nutrientes; si realizamos ejercicio y contamos con un estímulo hormonal, nuestros huesos alcanzarán la densidad mineral ósea que se encuentra prevista en el programa genético de cada uno, a la cual se le denomina máxima DMO.

¿Qué debemos hacer cuando no se alcanzó el pico de máxima DMO (Densidad Mineral Ósea)?
Afortunadamente quedan muchos aspectos en nuestra dieta y estilo de vida que podemos mejorar para evitar caer por debajo de la zona de fractura.
En lo que a la alimentación se refiere, uno de los aspectos más importantes es promover un adecuado consumo de calcio, verduras y frutas en cualquier época de la vida, éstos son necesarios sobre todo por su gran aporte de vitamina C, magnesio y potasio.
¿Por qué es importante la vitamina C, el magnesio y el potasio en nuestra salud ósea?
La vitamina C se requiere para sintetizar colágena, que es la proteína que con se constituye la matriz ósea sobre la cual se depositarán los cristales de carbonato de calcio e hidroxiapatita (mineral), es decir, la colágena constituye la red que va a servir de soporte para formar nuestros huesos.
En cuanto al magnesio y el potasio, se requieren para formar sales alcalinas las cuales promueven el depósito de calcio en el hueso y a la vez limitan la liberación de calcio hacia el torrente circulatorio.
Siempre es mejor prevenir…
Es bien sabido que sobre todo las mujeres mayores de 40 años necesitan alimentos que ayuden a prevenir la osteoporosis, las leguminosas son altamente recomendadas debido a su fuente de fitoestrógenos, de los cuales los más estudiados son las isoflavonas.
Durante el climaterio y posmenopausia, las isoflavonas pueden protegernos contra el cáncer de mama y útero al cumplir la función antiestrogénica en esos órganos, de esta manera cumplen sus funciones estrogénicas sobre el hueso y las arterias actuando como un compuesto protector contra la osteoporosis y las enfermedades cardiovasculares.
El consumo habitual de 50mg al día de isoflavonas promueve la salud ósea, ésta cantidad puede ser cubierta a través de la dieta, por ejemplo, con ½ taza de frijol de soya, 28 g de pistaches o almendras o bien 9 g de ajonjolí.
Sin el apoyo estrogénico necesario aportado por la terapia de reemplazo hormonal y otro tratamiento equivalente, el consumo adecuado de calcio no es capaz de promover la salud ósea en el climaterio.
Aspectos importantes a considerar en nuestra dieta

El consumo de dietas altas en sodio se asocia a un incremento en la excreción urinaria de sodio pero también de calcio.
El vino, particularmente tinto, contiene cantidades apreciables de boro y polifenoles, mismos que participan en la síntesis de la hidroxiapatita, la cual es el mineral más abundante en los huesos.
OJO: Algunos estudios nos han revelado que el consumo habitual de una copa de vino disminuye la pérdida de masa ósea.
Recuerden que es importante estar al pendiente de nuestra salud ósea desde nuestra infancia, asistir a los chequeos médicos de rutina y alimentarnos correctamente, para ello debemos de ponernos en las manos de los especialistas.