Esta semana celebramos el Día Mundial del Corazón y como es bien sabido, las enfermedades cardiovasculares cada vez se presentan con mayor frecuencia, a diversas edades y constituyen uno de los principales problemas de salud.
Estas enfermedades se relacionan con los hábitos de vida y otros factores de riesgo modificables, con ellos me refiero al tabaquismo, obesidad, sedentarismo, dieta alta en grasas o un elevado consumo de bebidas alcohólicas, entre otras.
Pero… ¿A qué nos referimos cuando hablamos de enfermedades cardiovasculares?
Estas enfermedades se deben a un grupo de trastornos que comprenden una enfermedad coronaria (enfermedades relacionadas con las arterias), como puede ser: hipertensión, cardiopatías, insuficiencia cardiaca, aterosclerosis y enfermedad vascular periférica.
Las enfermedades cardiovasculares se pueden prevenir, o bien si ya se padece se puede lograr un mejoramiento si realizamos algunos cambios, a continuación les comparto algunas recomendaciones que podrían hacer una gran diferencia:
Adoptar hábitos alimentarios saludables: hay que moderar el consumo de grasas saturadas y grasas trans (presentes en grasas vegetales, las cuales encontramos en la panadería, margarinas y algunos platillos preparados).
OJO: hay que tener cuidado con la idea de que la grasa vegetal es buena y la animal es mala, ya que muchas grasas vegetales (como el coco y la palma), llegan a tener más grasa saturada que las de origen animal.
Aumenten el consumo de aceite de oliva y pescado, sus ácidos grasos monoinsaturados y el omega-3 traerá beneficios a nuestra salud.
Hay que aumentar el consumo de fibra soluble, con ello disminuiremos los niveles de colesterol total y el LDL (colesterol malo).
Disminuyan el consumo del alcohol y sal.
Dejar de fumar es altamente recomendable.
Hacer ejercicio definitivamente nos ayudará a reducir el riesgo cardiovascular, normalizará nuestra presión arterial y contribuirá al cuidado en el control del peso.
No está demás recordar que es importante elevar el consumo de verduras, frutas, leguminosas, cereales integrales y frutos secos.
Si seguimos estas recomendaciones existe una alta probabilidad de poder prevenir estas enfermedades, lo más importante está en llevar un estilo de vida que incluya una alimentación saludable, la realización de actividades físicas y no olvidar la realización de sus chequeos médico de rutina, la decisión de cuidar de nuestra salud está en nuestras manos.